viernes, 12 de octubre de 2012

Hispanidad, Identidad y Nacionalismo


Introducción
Antes de abordar el asunto que nos ocupa, permitirme mis estimados lectores que les pida disculpas doblemente. Primero, por estas semanas en las que no he publicado nada  y segundo, por saltarme el orden que les dije. (Sigo trabajando en los artículos “Algemesí, un poble i dues muixeranges”, “The best eleven footballers I’ve ever watched” y “Las religiones, los mitos y sus consecuencias en las tribus y sociedades”).

No obstante hoy, en vista de los últimos acontecimientos acaecidos y de lo señalado de la fecha he decido abordar la cuestión que refleja el título de este epígrafe.

Sobre la hispanidad, la identidad y el nacionalismo.

La R.A.E define Hispanidad como “Carácter genérico de todos los pueblos de lengua y cultura hispánica. Conjunto y comunidad de los pueblos hispánicos”. Por tanto, este concepto o idea se asocia a la llegada de los primeros españoles a América. Este hecho se produjo el 12 de octubre del año cristiano de 1492.

Actualmente, el término Hispanidad refiere a aquellos países cuyas culturas (lenguas, tradiciones, costumbres y usos sociales) están entroncadas directamente con la cultura que ha evolucionado en la Península Ibérica desde la etapa pre – Románica. De hecho, algunos autores consideran a mi parecer acertadamente la inclusión de los países lusófonos en el término Hispanidad ya que Lusitania formaba parte de la vieja Hispania.

Así pues, estamos por tanto ante un concepto supranacional que une distintas culturas que están claramente enraizadas en un origen común, a  tenor de los elementos comunes que componen éstas.

Por otro lado, la propia RAE nos define Identidad  como “conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás”. Es decir, el agregado o la amalgama de valores, tradiciones, creencias, símbolos, orgullos y pautas de comportamiento que funcionan como elementos de cohesión dentro de un grupo social que posibilitan a los individuos que lo integran, el fundamentar su sentimiento de pertenencia del que hacen parte a la diversidad al interior de las mismas en respuesta a los intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos grupos dentro de la cultura dominante. Según Bergen y Luckman es “un fenónemo que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad”.

Respecto al Nacionalismo, este es definido por la R.A.E como “el apego de los naturales de una nación a ella y a cuanto le pertenece. La Ideología que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos, y en la que se fundan aspiraciones políticas muy diversas. Aspiración o tendencia de un pueblo o raza a tener una cierta independencia en sus órganos rectores.

En base a estas tres definiciones totalmente objetivas y asépticas, opino (igual me equivoco) que queda bastante claro cuál de los tres conceptos presenta un menor grado de inclusión y es por tanto, más excluyente. Asimismo también se manifiesta claramente el distinto grado en que los valores de solidaridad y empatía están intrínsecamente presentes en cada uno de los tres conceptos.

Para finalizar añadiré que noticias como la que publicaba El País el otro dia “Escocia votará en 2014 sobre su independencia” me resultan un poco preocupantes. Doy por válido, lícito y perfectamente  correcto que, como afirman mucha gente (amigos míos algunos de ellos), en democracia todo pueblo tiene derecho a decidir lo que quiere ser, pero de prosperar la iniciativa nacionalista e independentista escocesa puede convertirse en un peligroso antecedente que genere el auge de una corriente independentista en varias zonas de nuestro continente. Esto derivaría en una etapa involucionista en Europa y un retorno a la "geografía medieval" con multitud de naciones - estado / feudos y potenciales conflictos cainitas entre ellos. Con esto, como ya sucediera en la Edad Media se incrementaría enormemente la posibilidad de que la civilización europea se sumergiera en una etapa de oscurantismo mientras que otras civilizaciones coparían de nuevo la hegemonía global.

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