Introducción
Antes de
abordar el asunto que nos ocupa, permitirme mis estimados lectores que les pida
disculpas doblemente. Primero, por estas semanas en las que no he publicado
nada y segundo, por saltarme el orden
que les dije. (Sigo trabajando en los artículos “Algemesí, un poble i dues
muixeranges”, “The best eleven footballers I’ve ever watched” y “Las
religiones, los mitos y sus consecuencias en las tribus y sociedades”).
No
obstante hoy, en vista de los últimos acontecimientos acaecidos y de lo
señalado de la fecha he decido abordar la cuestión que refleja el título de
este epígrafe.
Sobre la hispanidad, la identidad y el
nacionalismo.
La R.A.E
define Hispanidad como “Carácter genérico de todos los pueblos de lengua y
cultura hispánica. Conjunto y comunidad de los pueblos
hispánicos”. Por tanto, este concepto o idea se asocia a la llegada de los
primeros españoles a América. Este hecho se produjo el 12 de octubre del año cristiano
de 1492.
Actualmente,
el término Hispanidad refiere a aquellos países cuyas culturas (lenguas,
tradiciones, costumbres y usos sociales) están entroncadas directamente con la
cultura que ha evolucionado en la Península Ibérica desde la etapa pre – Románica. De hecho,
algunos autores consideran a mi parecer acertadamente la inclusión de los
países lusófonos en el término Hispanidad ya que Lusitania
formaba parte de la vieja Hispania.
Así pues,
estamos por tanto ante un concepto supranacional que une distintas culturas que
están claramente enraizadas en un origen común, a tenor de los elementos comunes que componen
éstas.
Por otro
lado, la propia RAE nos define Identidad
como “conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad
que los caracterizan frente a los demás”. Es decir, el agregado o la amalgama
de valores, tradiciones, creencias, símbolos, orgullos y pautas de comportamiento
que funcionan como elementos de cohesión dentro de un grupo social que
posibilitan a los individuos que lo integran, el fundamentar su sentimiento de
pertenencia del que hacen parte a la diversidad al interior de las mismas en
respuesta a los intereses, códigos, normas y rituales que comparten dichos
grupos dentro de la cultura dominante. Según Bergen y Luckman es “un fenónemo
que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad”.
Respecto al
Nacionalismo, este es definido por la R.A.E como “el apego de
los naturales de una nación a ella y a cuanto le pertenece. La Ideología que
atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos, y en
la que se fundan aspiraciones políticas muy diversas.
Aspiración o tendencia de un pueblo o raza a tener una cierta independencia en
sus órganos rectores.
En base a
estas tres definiciones totalmente objetivas y asépticas, opino (igual me
equivoco) que queda bastante claro cuál de los tres conceptos presenta un menor
grado de inclusión y es por tanto, más excluyente. Asimismo también se
manifiesta claramente el distinto grado en que los valores de solidaridad y
empatía están intrínsecamente presentes en cada uno de los tres conceptos.
Para
finalizar añadiré que noticias como la que publicaba El País el otro dia “Escocia votará en 2014 sobre su independencia” me resultan un poco preocupantes. Doy
por válido, lícito y perfectamente correcto que, como afirman mucha gente (amigos
míos algunos de ellos), en democracia todo pueblo tiene derecho a decidir lo
que quiere ser, pero de prosperar la iniciativa nacionalista e independentista
escocesa puede convertirse en un peligroso antecedente que genere el auge de
una corriente independentista en varias zonas de nuestro continente. Esto
derivaría en una etapa involucionista en Europa y un retorno a la
"geografía medieval" con multitud de naciones - estado / feudos y
potenciales conflictos cainitas entre ellos. Con esto, como ya sucediera en la
Edad Media se incrementaría enormemente la posibilidad de que la civilización
europea se sumergiera en una etapa de oscurantismo mientras que otras
civilizaciones coparían de nuevo la hegemonía global.
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