¿Dónde podemos llevar a la actual
España?
Con
la finalidad de justificar nuestros planteamientos y hacerlos más comprensibles
vamos a utilizar la metáfora futbolística. (El fútbol tiene una triple
vertiente de juego deporte, entretenimiento – espectáculo y modelo de vida
social. Esto se desprende claramente de obras como Cuentos de Fútbol).
Como
por todos es sabido, hace unos ocho años nuestra selección era mediocre como
hoy es nuestra circunstancia socioeconómica. En aquel momento, el nuevo
seleccionador propuso lo que él denominó “una gran sentada”. Sin saberlo, lo
que Luis proponía no era sino el acometimiento de un proceso de reflexión
estratégica en el que participarán todos los agentes (jugadores, dirigentes,
prensa, entrenadores) del fútbol patrio con la finalidad de apostar y definir
un modelo claro para competir.
Dada
la situación actual eso es lo que necesariamente precisa no sólo nuestro país
sino también, e incluso en mayor medida, nuestro sistema democrático.
En
primer lugar es necesario arrancar de raíz lo que César Molinas (Publicará en
2013 el libro ¿Qué hacer con España?,
(artículo resumen publicado en prensa)) denomina “élite extractiva”. En eso se
ha convertido la clase política española. En las últimas décadas la clase
política patria “ha desarrollado un sistema de captura de rentas, que se sitúa
por encima del interés general de la nación (…) ellos son los principales
responsables de la burbuja inmobiliaria, del colapso de las Cajas de Ahorro, de
la burbuja de las energías renovables y de la burbuja de las infraestructuras
innecesarias. Todos estos procesos han llevado a España a los rescates
europeos, resistidos de forma numantina por nuestra clase política porque
obligan a hacer reformas que erosionan su interés particular. Una reforma legal
que implantase un sistema electoral mayoritario provocaría que los cargos
electos fuesen responsables ante sus votantes en vez de serlo únicamente ante
la cúpula de su partido. Esto daría un vuelco muy positivo a la democracia
española y facilitaría el proceso de reforma estructural."
Borrell, el candidato que no pudo ser
Hijo
de un panadero, nacido en la Puebla de Segur (Lérida). Ingeniero Aeronáutico
por la Universidad Politécnica de Madrid, Doctor en Ciencias Económicas por la
Universidad Complutense de Madrid y Catedrático en excedencia de Matemáticas
Empresariales por la misma universidad. Trabajo además durante siete años en
una importante empresa del sector petroquímico español. Asimismo, Borrell es
capaz de comunicarse con fluidez en cuatro lenguas: catalán, castellano, inglés
y francés.
Tras
una rebelión de la bases del PSOE en 1999 fue elegido candidato oficial a las
elecciones de 2000. Borrell cuando se expresaba a cerca de la teoría política,
emitía un sistema de señales que se resumía en cuatro puntos clave:
izquierdismo, experiencia en el gobierno, rigor intelectual e independencia con
respecto al aparato de partido. Estos
cuatro aspectos que eran los que cautivaron a las bases socialdemócratas,
también eran los que hacían difícil su
supervivencia como candidato. No en vano, el socialismo democrático o
socialdemocracia atravesaba entonces en la esfera mundial una de sus peores
crisis de identidad. De prosperar los criterios de Blair y Giddens, el profeta
de la tercera vía, corría el peligro
de incluso dejar de llamarse socialdemocracia.
Además,
digámoslo claro, Borrell no respondía ni representaba ningún prototipo asumido
por el ciudadano común dentro del catálogo de la fauna política patria: ni era
el ogro comelotodo a lo Fraga, ni el vendedor de burros tuertos a lo Felipe, ni
el viejo zorro a lo Carrillo, ni el mensajero sacrificado y providencial a lo Suárez,
ni el ayatolá mesaico del futuro a lo Anguita. También se alejaba de la rigidez
y el aspecto de un inspector de Hacienda o de un novio lento que transmitía
Aznar. No tiene el aspecto de empollón sabelotodo y pedante que transmite
Rajoy, ni tampoco la apariencia bobalicona y un tanto blanda de Zapatero. Por
último, en caso de haber sido candidato y posteriormente presidente no hubiera
necesitado intérprete alguno en sus encuentros con otros mandatarios, condición según
parece necesaria en nuestro país para llegar a la presidencia del Gobierno.
Finalmente,
los medios afines al PP ante la amenaza clara que suponía y las fuerzas
oficialistas del propio PSOE (representadas fundamentalmente por Almunia,
González y Solana) se ocuparon de descabalgarlo de la candidatura a la
presidencia del país.
Bueno, ¿y el futuro?
Según
Víctor Hugo “el futuro tiene muchos nombres, Para los débiles es lo
inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes, es la
oportunidad”.
España,
a pesar de la situación, sigue siendo un país muy rico culturalmente. Pese al considerable
deterioro del capital humano acaecido tras y debido fundamentalmente a la implantación
de la Logse y a la proliferación del circo televisivo que ha derivado en que muchos
adolescentes respondan que de mayor simplemente quieren ser famoso, estamos en
disposición de la dotación de capital humano más competitiva y preparada académicamente
de la historia de nuestro país.
Volviendo
a la comparación futbolística, al igual que hace diez años muchas de nuestras
promesas salieron fuera a otras ligas porque no tenían sitio en equipos patrios
o no se sentían lo bastante valorados, nuestra gente debe de salir fuera siempre
por supuesto con miras e ilusión de alcanzar el éxito y regresar cual Fábregas,
Piqué o Alonso a puestos relevantes en organismos y organizaciones relevantes.
Asimismo,
el sistema electoral debe ser reformado y los distintos agentes sociales deben
de “parir” una planificación socio económica consensuada para nuestro país.
Tanto políticos como sindicatos, empresarios, trabajadores y ciudadanos en
general deben ser conscientes de esta necesidad a fin de evitar un fractura
social que acabe con la estabilidad residual que aún hoy presenta la sociedad
española. Se debe establecer una hoja de ruta o un programa “España 2030”.
Dentro de dicho programa, deben establecerse 5 planes trienales (2012–2015, 2015-2018,
2018-2021, 2021-2024,2024-2027 y 2027-2030) a fin de corregir posibles
desviaciones sobre esa hoja de ruta marcada.
Nuestros
mandatarios deben definir cuatro o cinco sectores estratégicos (por ejemplo, Turismo,
Logística, Industria Náutica y de Automoción, Industria Agroalimentaria, Sector
de la Energías Renovables), crear las condiciones legales idóneas para un
desarrollo competitivo de los mismos (no basado en subvenciones y prebendas) y
apostar por una formación de su capital humano enfocada a dichos sectores. Por
supuesto, se debe de seguir incentivando la I+D +i, y sobretodo el aprendizaje
del inglés. (Ya hace años se debió de hacer una campaña para concienciar a las
familias de la importancia del dominio del inglés. Se debió establecer un
número de horas obligatorias en las que las cadenas televisivas debían emitir
únicamente programación en inglés, subtitulada en inglés y(o en español. Además
se debió de limitar el número de películas dobladas al castellano)
Para
finalizar, porque creo que aún no lo he mencionado, se debe de eliminar las
duplicidades del sector público y establecer un sistema de remuneración mixto
(fijo + incentivos por objetivos) para el funcionariado tal y como ocurre en
los países escandinavos.
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