domingo, 9 de septiembre de 2012

España en democracia, el ayer, el hoy y el ¿mañana? (II)


Rajoy, el presidente vigente

Al igual que su antecesor en la presidencia de su partido, llega a la presidencia del gobierno tras haber sido derrotado en dos elecciones generales, haciendo buena la popular máxima de a la tercera va la vencida.

El Sr. Rajoy, el 21 de diciembre y tras ganar las elecciones generales en la señalada fecha del 20-N (el hecho de que las elecciones se celebrarán en este día efeméride de múltiples circunstancias anacrónicas de la historia de España dio pábulo a distintos chascarrillos, algunos de los cuales pronunciados por ciertos gobernantes locales no fueron excesivamente afortunados) anunció el organigrama ministerial y el correspondiente nombramiento de los 13 ministros del gobierno. Decir que en general, se nombró a unas personas de marcado perfil tecnócrata y con contrastada experiencia en la áreas de la cuales iban a ser responsables. Soraya Sáez de Santamaría, Cristóbal Montoro, Alberto Ruiz Gallardón y Luis De Guindos fueron señalados por los analistas especializados como los ministros con mayor ascendencia sobre las decisiones a tomar por el presidente.

La investidura ministerial no estuvo exenta de polémica. Especialmente controvertido resultó, según diversos medios, el nombramiento de Luis De Guindos como Ministro de Economía y Competitividad. Licenciado en Ciencias Económicas con un gran número de matriculas de honor en la prestigioso y elitista CUNEF (Centro por cuyas aulas también han pasado entre otros Luis Alfonso de Borbón, Alejandro Agag, José María y Alonso Aznar Botella) obtuvo el acceso por oposición al cuerpo de Técnico Comercial Economista del Estado (TCCE) a la temprana edad de 25 años. Fue Director de la filial del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers en España y Portugal, donde trabajó hasta la quiebra y bancarrota de éste en 2008. En 2010 fue coordinador del libro promovido por la fundación FAES que puede ser considerado como la base ideológica de la política económica del PP y que se mueve entre dos ejes fundamentales: contención drástica del gasto en las administraciones públicas y reformas en ámbitos como el laboral y el sector financiero. Anteriormente había ocupado la Secretaría de Estado de Economía desde 2002 hasta 2004. En ésta etapa declaró en ABC: “[En España] no hay burbuja inmobiliaria, sino una evolución de precios al alza que se van a ir moderando con más viviendas en alquiler y más transparencias en los procedimientos de urbanismo”. Ni con el PP ni con el Psoe en el gobierno se han tomado las medidas necesarias para que se fomentará el alquiler y disminuyera la especulación urbanística.

Seguidamente, en 2012 el propio presidente Rajoy anuncia que cada viernes se realizarán reformas y se tomarán medidas, que aunque durante su campaña electoral dijo que no tomaría ni efectuaría, se siente legitimado para tomar en base a la mayoría absoluta obtenía en la jornada electoral del 20 N. En democracia, por muy absoluta que se la mayoría, los gobiernos jamás son el Estado, son simplemente lo que lo tiene a préstamo (no en propiedad) y lo representan durante un periodo. El hecho de no sólo incumplir las promesas electorales, sino además reconocerlo, suponen una deslegitimación de los resultados electorales. Las consecuencias de este proceder por parte del actual presidente y su gobierno ya se han dejado notar en las elecciones autonómicas a la Junta de Andalucía, que el PP daba por ganadas y que al final ha perdido. (Sirva de ejemplo más flagrante del calado de este incumplimiento electoral, la últimamente muy mencionada “amnistía fiscal”. Si esta era una medida indecente cuando fue sugerida por el PSOE estando en el gobierno. El colmo fue que el PP cargará con razón contra ella desde la oposición, y después pretendiera implantarla de forma más vehemente al llegar al poder).

Por último, desde el pasado 1 de septiembre para la inmensa mayoría de bienes y servicios, el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) ha aumentado tres puntos porcentuales. Esta medida, desde mi modesto parecer, al igual que ha ocurrido en Portugal, fomentará el desarrollo de una economía en B o paralela y reducirá el consumo. Creo que se debería haber bajado el IVA  en lugar de subirlo para reactivar el consumo. Asimismo se debería incrementar el impuesto sobre el patrimonio, aumentar la escala progresiva del IRPF y subir los precios de aquellos bienes y servicios que actualmente puedan ser considerados de lujo. El motivo por el que opino que estas medidas son las apropiadas lo voy a explicar con una sencilla metáfora (Al estilo de mi admirado Gareth Morgan). La economía de un país es como una organismo vivo, si cuando está débil y en estado delicado de salud no se le da de comer (se incentiva el consumo) no se le aplica una dieta adecuada, deporte y actividad física equilibrada, revisiones periódicas (se aumenta la inversión pública en partidas como la educación y la investigación que a medio plazo mejoren la competitividad del país) al mismo tiempo que de forma suave y constante, puesto que de un día para otro puede resultar contraproducente, no se le quitan malos hábitos como fumar, exceso de ingesta de grasas….(moderación del gasto público reduciendo la burocratización de los organismo públicos, mejorando la eficiencia de los servicios públicos..) y no se le trata psicológicamente su estado de ánimo, se le anima a mejorar su vida social..(dinamización y mejora de la eficiencia del sector exterior a través de medidas que favorezcan la internacionalización de nuestras empresas) ese organismo difícilmente será capaz de superar esa delicada situación.

¿El mañana?..Continuará    (III)

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